Amo los Pirineos; sus valles, pueblos,
bosques y cumbres, sus gentes y formas. He descubierto allí lugares
milenarios cargados de encanto y misterio. En alguna ocasión hasta
me encontré conmigo mismo. Esta vez el camino me lleva hasta Atarés,
cuna de reinos, ligeramente al noreste de San Juan de La Peña,
ligeramente el sur del río Aragón. Tierra indómita donde van
acabando las Pardinas, lugar que ya me atrapó en mis tiempos mozos
cuando tuve la suerte de recopilar sus toponímias y caminos para la
Editorial Prames. Este sábado vuelvo a
las tierras del Grial y Excalibur.
No hay comentarios:
Publicar un comentario